Del dolor a la gloria: 50 años del primer triunfo mundialista

Hace 50 años, Peru logró voltear un marcador adverso de 2-0 en contra de Bulgaria en su debut por el mundial de México 70. Un momento hístorico escrito en las páginas doradas de nuestro fútbol.

Marcador final en el Estadio Nou Camp. Foto: El Comercio

Como si fuera parte de nuestra historia. El fútbol le dio esperanza a un país golpeado, sumido en el dolor de haber perdido a más de 50 mil compatriotas. Dos días previos al debut mundialista, un terremoto de 8 grados en la escala de richter, sacudió Ancash llevando la peor parte la ciudad de Yungay, que fue enterrada por este desastre natural.

Las noticias reportaban las muertes, y estas llegaron hasta la ciudad de León, donde los muchachos de Waldir Pereira <<Didí>>  concentraban para su estreno ante Bulgaria. Los ánimos eran los peores. Según las historias urbanas algunos jugadores se negaban a participar en ese primer partido, ya que el dolor los invandía, y hasta quisieron regresar al país. 'Didí' quien ya sabía lo que era jugar un mundial -fue campeón en 1952 y 1962- les pidió compromiso y fortaleza, sabía que el país necesitaba una alegría en esos momentos de puras penas.

Llegó el día del partido ante los europeos. Como antecedente teníamos dos enfrentamientos ese mismo año, dejando un saldo de una derrota por 3-1 y un triunfo apabullante de 5-3. 
En la antesala del encuentro el presidente del Comité Nacional de Deportes, el doctor Javier Aramburú, tomó tierra de alguna maceta cercana al estadio y para levantarle el ánimo a los jugadores les dijo: "Muchachos, he traído tierra peruana, esa que se movió abruptamente y quiero que me jueren, con una mano sobre ella, que ganaremos para llevarle una alegría al país". 

Todos, con la mano sobre la tierra, prometieron cumplir con el pedido y sacar adelante esta situación dificil para el país. Fue así que con listones negros en los brazos, la selección peruana saltó al terreno de juego comandada por Don Héctor Chumpitaz.

Chumpitaz sería la figura del encuentro. Foto: Agencias

Con camiseta roja, debida al sorteo previo, Peru inició así su periplo por tierras méxicas. Instalado en el Grupo 4. Bulgaria llegaba como favorito al encuentro, no solo por lo mostrado en los amistoso, sino también porque tenía una de las mejores defensas en esas épocas en Europa. 

Minuto de silencio por las víctimas del terremoto. Foto: El Comercio

El partido inició como todos lo esperaban. Bulgaria se adelantó con gol de Dermendzhiev, y luego aparecería Bonev para rematar un tiro libre y con ayuda de un nervioso Rubiños, decretar el 2-0 parcial, que parecía ser el resultado final. Ellos fueron mejores en el primer tiempo. No se veía reacción alguna en el equipo patrio, cabizbajos no solo por los goles en contra, sino por el desastres natural.

'Didí' con su experiencia, haría ingresar a Hugo Sotil. Minutos antes, Alberto el 'Jet' Gallardo había descontado para los nuestros, con un potente zapatazo llegado desde la punta izquierda del terreno de juego. 
Gallardo probó al arquero en múltiples ocasiones. Foto: El Comercio

Se comenzaban a entonar. La dupla Chale-Mifflin comenzó a dar muestra de su calidad futbolística. Peru era otro, jugaba y combinaba a placer en el terreno de los búlgaros, hasta que llegaría el empate. Héctor Chumpitaz acomodó el balón cerca a la lína final del área, sus compañeros ensañaron una jugada preparada, se preparó a disparar, resbaló y gol. El tablero dictaba un 2-2, el público en las gradas estallaba de alegría, y en tierras nuestras numerosas familias celebraban compartiendo un solo televisor. 

Simeonov, arquero búlgaro, no pudo evitar el gol. Foto: El Comercio

Aún faltaba más. Eso lo tenían claro en la cancha. Mifflin comenzó a engrandecer su figura, esto lo relata muy bien el balón. Se juntó con Cubillas, quién con cara de niño comenzaba a dar sus primeros lustres en la cita más grande del fútbol mundial. Así llegaría el triunfo. Pase de Ramón (Mifflin) con destino a Teófilo (Cubillas) y este, luego de sublimes toques, llevó el balón a la red. Festejo en la cancha, locura en la tribuna, y una mezcla de ambas combinada con mesura, en nuestra patria. 

Celebración de la remontada histórica. Foto: El Comercio

De esa manera se escríbia en páginas doradas, el primer triunfo de la selección peruana en un mundial. Aquel llegó gracias a una gran y lujosa generación que tuvo nuestro balompie. Lo mejor que pudieron hacer los muchachos, fue demostrar que eran verdaderos hombres de palabra, y que amaban a su país como nadie. Con esa victoria se pudo pasar del dolor a la gloria. Una historia que hoy cumple 50 años, pero será adorada por miles de años más.

Gracias Rubiños; Campos, De la Torre, Chumpitaz, Fuentes; Mifflin, Chale; Baylón, Gallardo, Cubillas, León; González y Sotil.

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